Diferente, raro, extraño [Carla]

Ese podía haber sido uno de los mejores días de su vida y un momento para recordar siempre; y quizás sí iba a continuar siéndolo, pero no por la misma razón por la que él había pensado esa mañana al despertarse. Las valijas estaban hechas y solo le quedaba hacer tiempo hasta que Carla saliese del Conservatorio y poder ir a buscarla para marcharse a las cabañas que había reservado a las afueras de la ciudad, perfectas para enamorados. Pero había decidido ir al Gimnasio y ese había sido un error del que se arrepentiría toda su vida. Allí se había encontrado con Sergio y hablando y hablando él le había confesado que con Carla había pasado algo más, y no mientras él había estado en el Centro, un día antes. Se había marchado casi sin despedirse de él, y había enviado un mensaje rápidamente a Carla, tenían que hablarlo, aunque para él no había excusas; ella era una nena, siempre lo había sido y ahí había vuelto a demostrárselo, para ella todo aquello era un juego. Seguramente se sentiría feliz por haber tenido a dos a sus pies, a dos buenos y lindos chicos enamorados de ella. Quería convencerse de que Carla no era así y que relacionarse con Alejandra y sus amigas le había cambiado, pero no, ella tenía toda la culpa y no había más. Llegó a su casa, vacía ya que sus padres habían decidido viajar por veinte días a Argentina para visitar a sus abuelos y esperó que Carla llegase

El viaje en metro se le hizo eterno, por mucho que mirara la pantallita con las paradas nunca se encendía la lucecita de la parada de la casa de Álvaro. Se intentó tranquilizar a ella misma, diciéndose que no tenía de que preocuparse, pero en realidad seguía igual de preocupada que la noche anterior cuando llegó a su casa después de haber hecho algo de lo que no se sentía nada orgullosa. El metro paró en la estación, aquella era la suya, Carla se bajó para buscar las escaleritas de la salida, subiendo por ellas y sintiendo el airecito típico de las bocas de metro, que se paró más fríamente sobre sus piernas descubiertas por los short que llevaba con la camisa salmón. Caminó por cinco minutos largos hasta llegar a la Casa de Álvaro, la que no había pisado desde hacía algo más de dos años y a la que había pensado no volver nunca, pero allí estaba. Tocó el timbre permaneciendo en la puerta,jugando con las puntas de su pelo rubio, esperando para ver quien seria la persona que le abriría la puerta...

Paseaba por el salón de un lado a otro, sin parar de moverse y con las manos sudorosas, mientras por su cabeza le pasaban miles de recuerdos y las palabras de Sergio, por un momento había pensado que él lo habría hecho por venganza, porque ella le había elegido a él a pesar de todo lo que habían vivido, pero no, conocía a Sergio desde hacía años y tenía códigos, no como Carla. Miraba su teléfono segundo tras segundo después de recibir el mensaje de Carla, ¿que le quería? Si eso era amor, no sabía lo que sería para ella cualquier otro sentimiento. Estaba dando vueltas y vueltas al asunto cuando escuchó el timbre de su casa; estaba cerca de la puerta así que abrió, la vio y el corazón le dio un vuelco. Era increíble y seguramente él era un idiota pero seguía amándola al verla allí parada, nerviosa como estaba. Pasó una manito por su frente suspirando Pasa, estamos solos cerró la puerta tras ella y caminó hacia el salón Siéntate si quieres, ¿quieres tomar algo? ojalá pudiese tratarle mal, per no podía hacerle daño, al fin y al cabo era Carla, su rubia

Su cabeza dejó un poquito de pensar en el error de ella cuando sus ojos se pararon en el cartelito del buzón donde ponía los nombres de los inquilinos de la casa. Se detuvo especialmente en el de Lucrecia, la mamá de Álvaro, entonces su cabeza empezó a pensar cómo iba a saludarla después de no haberla visto desde hacía ya mucho tiempo, desde la última vez que le había dicho que no quería saber nada de su hijo y que por favor no le preguntara más si quería ir al Centro, porque no quería verlo. Pero ahora era todo distinto, ahora Carla se moría por verlo a todas horas, todo el tiempo...Se sobresaltó un poco al oír el ruidito de la puerta cuando se abrió y apareció él; Carla lo conocía, bastante, y supo con solamente verlo que le pasaba algo, su semblante estaba serio, y aquello le preocupó aún más... - Hola - sonrió sin saber muy bien cómo saludarle, quería besarlo, porque hacía días que no lo hacía, pero él ni siquiera le había dado dos besos, así que decidió entrar sin más. Mirando aquella casa otra vez mientras caminaba con él hasta el salón - Sí, ¿me das un vaso de agua? - lo necesitaba porque la garganta se le acababa de secar, una sensación muy extraña recorría su cuerpo, una sensación que daría lo que fuera por no sentir. No se sentó, caminó hasta una estantería del salón mientras esperaba a que ÁLvaro fuese a la cocina y miró unos cuadros que había, donde salía Álvaro de pequeño con sus padres y hermanos.

Era raro verlo con el semblante serio, él que siempre se destacaba por esa alegría y felicidad en ocasiones desmesdida y que le había llevado a sus adicciones pero que despertaba sonrisas a su paso, haciendo que todo el mundo quisiese estar a su lado en las buenas y en las malas. Muchas de esas sonrisas habían sido disfrutadas por Carla y ahora solo podía mirarle de manera seria, un poco triste Ok, ahora vuelvo ni siquiera en ese momento sonrió por educación o amabilidad, simplemente caminó hasta la cocina donde agarró dos vasos y una jarra de agua de la nevera. Las dejó encima de la mesada y suspiró apoyándose en ella, quizás no había sido una buena idea hacerla venir, ¿qué iba a decirle? Pasó una mano por su cara y su nuca y volvió a los segundos al salón, dejando las cosas en la mesa y sentándose en el sofá, pasando sus manos sudadas por el jean desgastado tipo pirata mientras esperaba que ella se sentase o se quedase parada, pero que le escuchase Si te hice venir acá es porque tenemos que hablar y no voy a darle vueltas a algo que no tiene sentido, esto está más que terminado, sin embargo, tienes la posibilidad de explicarme todo si es que hay algo que decir comentó serio, sin vacilar, como si se tratase de un adulto maduro y es que lo era, y no estaba para sufrir ni para chiquilinadas

Esa cara de felicidad que vio en aquel niño de la foto le hizo sonreír por unos momentos, eso era lo que ella más quería, verlo a él feliz, sonriendo, y quería ayudarlo a ser feliz ahora que había soltado sus cadenas, como cuando era niño...Dejó de mirar la foto cuando sintió que Álvaro volvía de la cocina con la bandeja sobre la que había una jarra y dos vasos de agua. Sonrió de costado para agradecerle, una sonrisa mucho más pequeña que la que le habia salido al ver la foto, porque ahora, en el presente, la cara de Álvaro no se parecía para nada a la de la foto...No se esperaba aquello, no tan pronto, y no tan brusco. Las palabras de Álvaro le dolieron más que un golpe, más que una mirada de odio...¿Estaba escuchando lo que acababa de escuchar? Sí, él había sido muy claro, y ella no podía hacerse la tonta, porque sabía perfectamente de lo que estaba hablando y se notó en su cara descompuesta. Se acercó a la mesa inclinándose para coger el vaso de agua que le había traído, bebió un buen trago antes de volverlo a dejar en la bandeja y se sentó en el sofá, a su lado pero distante. Suspiró y asintió con la cabeza - Sí...voy a explicártelo, aunque sé que no vas a creerme y vas a pensar que son excusas típicas de una nena - habló calmada, serena, tranquila, quizás porque todavía no se había hecho la idea de que él, sin escucharla, había decidido terminar con todo - Nos vimos ayer, le mandé un mensaje porque necesitaba verlo, saber de él, hacía días que estaba desaparecido y estaba preocupada... - le miraba a él porque hasta entonces no estaba mintiendo, y tampoco le hizo falta decir nombres porque estaba muy segura de que ambos sabían de quien estaban hablando - Iba también para explicarle que lo que fuese que habíamos empezado iba a terminar, que no daba más... - estaba siendo sincera, pero sin embargo...Bajó un instante la mirada porque sabía que iba a mentir, de vuelta, como nunca lo habia hecho - No me dio tiempo a decirle nada, antes que pudiese decirle nos besamos... - no podía decirle la verdad, no podía decirle que habia sido ella...Subió la vista a Álvaro, ahora sí con miedo, derrumbada por dentro - Sé que estuvo mal, que me vas a decir que dos no lo hacen si uno no quiere...Pero fue así, Álvaro, no me dio tiempo a reaccionar, pero cuando lo hice, se lo dije y no hay nada con Sergio, te lo prometo... - su voz había empezado a quebrarse porque ahora sí estaba siendo consciente de que, por mucho que se explicase, Álvaro no iba a creerla y tampoco iba a dejar las cosas así, sabía como era, mucho más maduro que ella. Quería decirle tantas cosas...Pero su voz ahora no salía y sus ojos volvieron a bajar hasta sus piernas, donde sus manos estaban entrelazadas y casi temblando.

Off: ai turís, me dolió hasta amí..

Lo que había pensado en la cocina era cierto, no estaba preparado para escucharle, pero tenía que tragar saliva y animarse a decirle todo lo que tenía para decirle, y a escucharle si ella quería decir algo, a darle esa oportunidad que ella le había dado semanas antes. Los labios y la boca estaban completamente secos pero no podía moverse ni para beber agua, estaba inmóvil y eso que él no tenía ninguna culpa de lo que estaba pasando allí. Le escuchó aunque mirando al frente, a la pantalla de la televisión negra como estaba su mente, sin información. No le sorprendió ni una de sus palabras, sabía que ella se arrepentiría, pero desgraciadamente eso no cambiaba las cosas; él iba a dejar todo por ella, había salido del Centro y había vuelto a caer en las drogas y llevaba sin embargo, semanas sin probar nada por ella, porque había querido poner todo en esa relación que para él, estaba terminada y finiquitada. Poco a poco ella fue terminando y él, ladeó la cabeza para mirarle aunque ella no lo hiciese Carla, confío en que tú no hiciste nada, pero tú lo has dicho, las cosas se hacen de a dos; él me fue sincero y me lo contó, ¿tú no pensabas contármelo o pensabas hacerlo cuando estuviéramos allí, de vacaciones? Carla, dejé todo por tí, en el Centro no me había recuperado, volví a tomar.. hasta que me dijiste que volvías conmigo, quizás fue solo un beso, pero lo hiciste; ya es demasiado habló en un buen tono, sincero y sobrio, sin alzar la voz para no perder la razón

Sabía que no iba a durar mucho tiempo aquella careta que se estaba armando, sabía que más pronto que tarde iba a dejar de un lado la serenidad, porque estaba dolida, arrepentida, derrumbada realmente, si no había llorado ya era porque quería hacerle ver que podía llevar aquello como una persona madura. Temía que llegase el momento en que le tocase a él hablar, porque sabía que ahí iba a acabar delatándose, no podía contenerse mucho. Y así fue. Subió la mirada hacia él, que seguía sin mirarla, algo que también le dolía... - ¡Álvaro es que para mí no fue nada! Y sabía que si te contaba ibas a armarte la película... - aquella sí era una excusa, por lo que decidió cortarla cuanto antes y no fue dificil al escucharlo proseguir casi sin dejarle acabar - ¿Y yo? ¿Yo no dejé nada por tí? ¿Yo no hice por tí? - negó con la cabeza, no podía creer que él le estuviese diciendo eso - Álvaro yo también dejé todo cuando tú saliste del Centro, y lo hice porque no podía estar con alguien sabiendo que iba a verte y sentir ganas de estar contigo, no podía estar con alguien y sentir que te seguía queriendo... - suspiró llevandose las manitas a la cara - ¿No piensas mirarme? Álvaro, por favor...Necesito que me creas... - se acercó a él para agarrar su carita y hacer que la mirase - ¿Cuándo te mentí yo? No quiero pensar que estés hablando enserio y que quieras dejar todo ésto por una confusión, Álvaro... - se tuvo que parar porque él iba a seguir hablando y lo que escuchó erizó su piel - ¿Qué? - no, no podía creer que los hubiese engañado a todos, que estuviese allí y aún estuviese con aquel problema que podía matarlo.

Tuvo que dejar de hablar por primera vez aunque no sería la única en esa conversación cuando escuchó esa excusa típica de una persona que se sentía arrepentida, como lo estaba Carla. La seriedad se transformó en una risa irónica, a la vez que se pasaba las manos por su cara ¡Si vas a poner excusas baratas es mejor que te vayas, no van a funcionar conmigo! Quizás sí con otros noviecitos o con tus padres que se comen tu cara de niña buena, pero Carla yo te conozco, conmigo no le advirtió mirándole fijamente, aunque al momento volvió a dejar de mirarle para esta vez sí, servirse y beber agua. De esa manera volvió a tranquilizarse, mordiéndose el labio y de nuevo con la voz calmada Claro que hiciste cosas por mí, y cosas que nunca voy a olvidar; Carla no te estoy diciendo que no te quiero, nada ha cambiado en ese aspecto, pero yo no puedo confiar y el amor no siempre es suficiente era su teoría, quizás no compartida por todo el mundo porque había escuchando muchas veces eso de que con el amor todo se podía, pero no creía lo mismo. Le miró casi obligada por ella, a los ojos miel ¿Y cuándo no podías estar con alguien? Porque estuviste, le besaste Carla y estabas conmigo, deja de contradecirte mostró de nuevo una media sonrisa irónica, haciendo que le soltase con un movimiento de su cara. Había hablado de más, se dio cuenta con la pregunta de ella, concreta Lo que has escuchado, ahora estoy limpio y te lo voy a agradecer siempre; dime que no puedes confiar tú tampoco en mí, te servirá como excusa para sentirte mejor quizás no fue un comentario acertado, pero lo había soltado ya

Las palabras de Álvaro le dolian cada vez más, no podia creer que todo habia cambiado tanto en tan siquiera unas horas, no queria estar alli con y tener que explicarse, queria que todo estuviese como antes sin mas, si, estaba siendo caprichosa, egoista, pero era lo que sentia. Suspiró cuando ya no sintio mas su cara entre sus manos, cerro los ojos un momento intentando no llorar, no queria hacerlo por lo que el pudiera pensar - ¡Alvaro no me estoy contradiciendo! Te dije que se acabó con Sergio, que no siento nada! Vale, si, nos besamos, y te juro que es algo de lo que me arrepiento, mucho, me siento una verdadera idiota por ello...Y te pido perdón, una y mil veces si hace falta, Álvaro...No quiero que no confíes en mi simplemente por esto, ¡te amo, Alvaro! Y te juro que no se que más hacer para que te des cuenta... - ahora si sus ojos estaban brillando, avisando de que habia lagrimas que iban a salir. No queria perderlo por aquel error, y lo que mas le dolia era que el dejase de confiar en ella por aquello...Despues de lo que Carla iba a dejar por el...Nego con la cabeza - No, no te voy a decir nada de eso, no soy tan inmadura como piensas...Solo voy a decirte que me alegro de haberte 'ayudado' a olvidarte de aquello que podia haber hecho que ahora no estuvieses aqui...Y que espero que no vuelvas a caer, porque si te pasa algo, yo... - le temblaba mas la voz al recordar aquello y al pensar que la droga habia podido arrebatarle al hombre que mas habia querido..Por eso decidio no acabar aquella frase- Pero si te voy a decir una cosa, yo confie mucho en ti, incluso cuando nadie mas lo hubiera hecho, y en ocasiones mucho mas extremas...¿Y tu vas a dejar de confiar en mi por esto? Alomejor es que soy tan solo una cria y no puedo llegar a entender algo tan obvio... - encogio los hombros dejando en el aire aquel comentario ironico, le costaba todavia pensar que el la viera como una nena, porque no lo era, aunque a veces se equivocaba.

Apoyó los codos en sus piernas, pasándose las manos por su cara y dejándolas caer por su pelo Carla, no quiero que me pidas perdón, quiero que me lo hubieses contado tú, lo habría entendido, ¿por qué no me dijiste que os habíais besado pero que en realidad no era nada? Dime desconfiado, pero si te lo callaste como si fuese un secreto, creo que fue por algo alzó una ceja mirándole serio, fijamente a los ojos. Le dolía ver sus ojos más claros debido a las lágrimas que amenazaban con salir, pero no podía hacer nada, o sí. Pasó una manito por su hombro dándole un beso en el pelo y apoyándole en su pecho No quiero creer que eres una inmadura, te he defendido de ser eso delante de todo el mundo durante años, no voy a ser tan estúpido de creer que lo eres; siento haberte hecho pasar por todo lo que pasaste por mi culpa, no soy un buen ejemplo de novio ni de persona a quien querer.. Pero me quieres y te quiero, podemos pensar que estamos por encima del bien y del mal, pero no lo estamos Rubia, a mí me va a costar confiar en tí y a ti te va a costar confiar en mí, quieras aceptarlo o no acarició su brazo y su pelo para que ella llorase si quería o no, pero que le entendiese, era lo que más quería en ese momento

Se llevó una manita a su pelo pasándolo por detrás de su oreja, suspiró asintiendo con la cabeza, él en eso llevaba razón - Lo sé, y te prometo que iba a contártelo, iba a contártelo justo por eso, porque para mí no fue nada, que lo creas o no es cosa tuya... - tampoco pensaba dejarse arrastrar tanto, ella ya le había pedido perdón y le había dicho que no era nada, aunque sabía que el seguiría en sus trece. Encontrarse con sus ojos claros, clavados en los de ella, le hizo sentir ese derrumbe aún más cerca, y es que lo estaba, tanto que en cuanto sintió el beso de Álvaro sobre su pelo no pudo evitar que las lágrimas cayeran por sus mejillas. Sus lágrimas caían aun más a medida que él iba hablando, pensó en todo aquello que él la habia echo pasar, llegando incluso a pensar que no le habia merecido la pena. Subió la cabeza cuando se animó a dejarse ver llorando, aunque sin una gota de rimel corrido, ya que no solía usar maquillaje - ¡Álvaro pero yo confío en tí! Eres tú el que no lo estás haciendo...Me equivoqué pero tampoco maté a nadie... - negó con la cabeza, no lograba entender aquella pérdida de confianza, volvió a apoyar la cabeza en el pecho de Álvaro por unos segundos, dejando un margen de silencio en el que solo se escuchaban unos sollozos timidos. No sabia si estaba preparada para escucharlo otra vez, pero quería preguntárselo de nuevo - ¿Se acabó? - levantó otra vez la cabecita lo justo para mirarlo; la palabra 'acabar' salía de sus labios con miedo, casi en susurros, porque no quería hacerse la idea de aquello - Si es así, te entenderé, me costará, pero creo que podré llegar a entenderte con el tiempo...No es una amenaza lo que te voy a decir, pero si así lo decides, por favor, no me busques más, no me llames, si algún día te llegas a arrepentir no me lo digas, por favor... - y otra tanda de lágrimas recorrían sus mejillas; no le decía aquello por ser despechada ni como una amenazad para atarlo a ella, simplemente no quería sufrir otra vez todo lo que había sufrido durante dos años, y esperaba que la entendiese.

El beso que le dio a ella y el hacerle recolzarse en su pecho mientras escuchaba sus sollozos que no podían contenerse más, le hizo cerrar los ojos y suspirar intentando mostrarse serio y sin dudas, aunque las tenía, y muchas. Cuando terminó de hablar, se inclinó hacia delante para beber agua y tenderle su vaso a ella que parecía necesitarlo. Le costó segundos decidir si mirarle o no, porque sabía que le iba a costar, pero decidió que era la mejor actitud así que frunció los labios y volvió a encontrarse con su mirada y sus mejillas completamente mojadas. Pasó lentamente sus dedos por ellas, negando con la cabeza y alzando una ceja, confuso con él mismo No sé cómo explicarte esto, pero quizás si hubieses sido como son otras personas, como son tus amigas, tan liberal y vividora en este momento esta conversación no tendría sentido, pero la tiene porque yo confiaba 100 % en ti, habría puesto la mano en el fuego si me hubiesen dicho que en algún momento me engañarías, la mano y todo el brazo; por eso estoy tan decepcionado, porque creo que ni en tí, que eres la persona en la que más confiaba en el mundo, ya puedo confiar tragó saliva cerrando los ojos tras esa pregunta y los ruegos que ella tenía para decirle, algo que le parecía junto y lícito, algo con lo que no podía no estar de acuerdo, pero que sin embargo le hizo estar callado unos segundos. La primera vez le había salido muy fácil ese 'se terminó', pero era por la rabia contenida, ahora no se atrevía a decirlo, no podía hablar

Cerró los ojos dejando que los dedos de Álvaro se llevaran parte de sus lágrimas. Escuchó la comparación con sus amigas, que claramente eran todo lo contrario en esos temas que ella, abrió los ojos despacio para volver a mirarlo - Pero no soy perfecta, Álvaro, no lo soy y yo también me equivoco, como lo hiciste tú... - suspiró siendo ahora ella quien se llevaba una de sus manos a la cara para quitarse las lágrimas nuevas que parecían no cesar nunca. El tema de la desconfianza la sacaba mucho, resopló llevándose las manos a la cabeza estirando su pelo hacia atrás - ¡Ai Álvaro basta! No me digas más que no confías en mí porque te juro que es lo que más me duele... - negó con la cabeza casi enfadada con él y con ella misma, maldiciendo a baja voz el momento en que ocurrió aquel beso. La confianza también era muy importante para Carla y pensaba abrir de nuevo la boca para decirle que si él no confiaba más en ella, por su parte no tenía nada más que decir...Pero el silencio de él ante la pregunta de Carla la hizo dudar. Se atrevió a estirar su mano para buscar la de Álvaro, y entrelazar sus dedos cortitos y finos con los largos de él, colocando la otra manita en la nuca de él - Álvaro...¡Dímelo! Dime que esto se acabó, que no quieres seguir con ésto que tenemos, dímelo si es lo que quieres, y te prometo que me iré y no te insistiré más... - clavó sus ojos miel, aún llorosos, en los de él; cualquiera de sus amigas diría que estaba tomando una actitud masoquista, que no tenía por qué hacerse más daño, que lo que tenía que hacer era irse sin más, que ya había hecho bastante, pero no quería, iba a volver a luchar por él, a volver a intentarlo, una vez más...Su corazón latía rápido, haciendo que tuviera que morderse disimuladamente el labio inferior por dentro para que no temblase.

Cuando había decidido llamarle para que fuese a la casa se había prometido a él mismo que esa conversación duraría apenas unos pocos minutos, que no le daría vueltas a las cosas, y sin embargo en ese momento no podía hablar porque no sabía cómo decirle que a pesar de todo, quería continuar en ella; o eso decía su corazón. Su cabeza le decía que se lo dijese, no era tan complicado, dos palabras 'se terminó', dos palabras que podrían ser el arrepentimiento de toda su vida. Al salir del Centro había hecho todo para que ella volviese con él, le había dado una segunda oportunidad casi sin pensarlo, cosa que para él había sido un error, pero ese no era el tema. Los ojos fueron comenzándose a llenarse de lágrimas que rebosaban en sus ojos celestes cuando sintió como ella le agarraba la mano y hacía que le mirase. Apretó su mano con fuerza pero cuidado y humedeció sus labios, secos Gracias por confiar en mí tantas veces, cuando todo el mundo desconfiaba y tú sacabas argumentos para confiar de donde no los había; no puedo hacerme esto ni hacer esto a lo que más quiero, esta relación; no quiero terminar Carla, aquí no se ha acabado, quizás la confianza no vaya a estar al cien por ciento, pero no me importa, sé que podremos superarlo, somos nosotros, después de todo lo que pasamos, esto es una tontería medio sonrió acercándose y apoyando su frente en la de ella Pero por favor, si pasa algo con él, dímelo; no voy a dejarte, pero quiero ayudarte a que te des cuenta que soy yo con quien tienes que estar. Tú no eres así, no besarías a cualquiera..

Carla nunca había sido de rogar tanto, más bien todo lo contrario. Pero aquella vez lo veía necesario, casi estaba obligada a ello, porque no se imaginaba saliendo de aquella casa con una relación terminada, sin él. Mientras esperaba una respuesta de él se intentaba convencer, en vano, de que podía pasar, de que si él habia dicho NO, sería un NO...Vio como los ojos de él empezaban a brillar, ella no podía verlo llorar, nunca habia podido, y era automático, los de ella brillaron también. Negó con la cabeza, el no tenia que agradecerle nada - No digas eso, yo volvería a sacar argumentos hasta debajo de las piedras... - sus siguientes palabras tranquilizaron un poco el corazón de Carla, 'no quiero terminar' era lo que estaba necesitando oir, y lo acababa de escuchar... - Ahora no estará al cien por cien, pero te prometo que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que vuelvas a confiar a pleno en mí... - sonrió con él y movió la cabeza delicadamente hacia los laditos haciendo chocar la punta de su nariz con la de él. Negó con la cabeza - No, no voy a decirte nada porque no va a pasar nada más con él, ni con ningún otro, porque yo sé muy bien lo que quiero Álvaro, y eso eres tú... - volvió a sonreir de costado acariciando el pelo en la nuca - Te quiero, gracias por ésto, no voy a volver a fallarte... - no podía decirle otra cosa, porque estaba verdaderamente agradecida de que él le hubiera dado otra oportunidad, y estaba segura de que nunca más tendrían que pasar por esto.

Hacía años que no lloraba, ni siquiera había llorado cuando decidió internarse en el Centro, ni cuando había salido; pero pensar en terminar la relación que había marcado su vida, se merecía sus lágrimas y mucho más. Entrecerró los ojos cuando sus narices se rozaron y dejó caer las últimas lágrimas de sus ojos, de tranquilidad más que de otra cosa Gracias Carla, te amo besó su frente tras separarse unos centímetros y después suspiró, dispuesto a hablar de otro tema que era igual o más serio Siento haber contado 'lo mío' en este momento, quizás no era el mejor, pero quería que supieras todo lo que has hecho por mí sin haberte dado cuenta, te prometo que estoy limpio, hasta estoy dejando de fumar, no te digo más intentó bromear con el tema, sincero; agarrando su mano entre las suyas, calientes aunque ya no sudorosas

Sonrió ahora mucho más segura tras escuchar esas dos palabras que tanto había necesitado desde que habia llegado a aquella casa. Rodó los ojos cuando volvió a sacar el temita, con un tono de humor, y le apuntó con la manita - ¡Más te vale! No quiero que dentro de diez años los dientes se te vuelvan amarillos y besarte se me vuelva una tortura... - comentó divertida antes de hablar más seria - No vuelvas a hacerlo, por favor, aléjate de eso, Álvaro, cuando te entre necesidad de eso, llámame, seguro que yo tengo maneras mejores de pasar 'el mono' - bromeó con aquel tema alfinal intentando sacar hierro del asunto con aquella espontaneidad tan suya. Acortó distancias para darle un beso tierno, por fín, rodeando su cuello con sus brazos - Es increíble, me llevé dos años alejada de tí y ahora que he estado una semana sin verte me ha parecido una eternidad, te necesitaba tanto, Álvaro... - le miró volviendo a sonreir, aprovechando que el momento de llanto había pasado - Por cierto, ¿los exámenes? Espero que el tiempo que te quitaron pudiendo estar conmigo te haya servido para algo - rió pasando a otro tema más reciente pero no con menos importancia ya que que él volviera a estudiar era algo que a ella le encantaba.

No mientas que te crecerá la nariz, besarme jamás será una tortura sacó su lado más canchero porque ella con ese comentario casi le obligó a hacerlo. Sonrió ampliamente esta vez y de manera muy sincera, pero ella parecía querer hablar de algo más serio, y lo era. Asintió con la cabeza sin dejar de acariciar su mano Carla, ya está; de verdad que no quiero volver a probar nada de eso, lo he pasado creo que lo suficientemente mal como para darme cuenta de que no es lo que quiero en mi vida, quizás ha sido tarde, pero, más vale tarde que nunca dicen, ¿no? volvió a medio sonreír, quedándose callado por ese beso que ya se estaba haciendo de rogar. En ese beso parecía estar todo bien, pero había algo que todavía le hacía dudar, y se podía notar de lejos que todo no estaba normal, y es que era pronto, pronto para parecer que allí no había pasado nada. Pasó una mano por su frente apoyándose de lado en el respaldo del sillón marrón chocolate de piel Sí, estoy contento con los resultados por ahora, creo que me dejaré una solamente, las demás las sacaré así que será un verano ameno, perfecto para nosotros sonrió, dulcemente ¿Tú? ¿Qué tal todo?

Le sacó la lengua por aquel comentario algo cargado de ego que ella misma le había invitado a hacer y terminó por reir, la última risa que tiró antes de pararse a escucharlo - Sí, eso dicen, y yo voy a estar aquí para ayudarte y guiarte, siempre... - sonrió, aquello él ya lo sabía, pero a Carla no le costaba volver a repetírselo una y otra vez. No recordaba un beso 'falso' entre ellos, pero aquel no había sido muy 'verdadero' que se diga, y sabía el por qué, como también sabía que tendría que convivir con aquello al menos por un tiempo. Volvió a sonreir al saber que le iba bien en el campo estudiantil - ¡Buenísimo! ¡Vas aprendiendo de mi!, ¿eh? - comentó divertida - Muy bien, si te dijese que va a quedarme alguna, o que tengo dudosa dos...Sería ser demasiado humilde, mis calificaciones seguirán rozando ligeramente el sobresaliente - rió, todo el mundo sabía que Carla nunca habia bajado sus notas, aunque era verdad que las del primer año de Universidad serían altas porque era el primer año y estaba ilusionada - ¡Hablando de veranos perfectos! ¿A que no sabes qué? - en su cara se dibujó una sonrisa enorme y entusiasmada, incluso exageró su expresión de sorpresa - ¿Quién va a estar éste verano en Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud? - se señaló con los deditos con boquita medio abierta y esperó unos segundos a que él contestara aquella pregunta tan obvia - Así que vas a tener que aguantar casi un mes sin verme, quejas o reclamos al señor Benedicto XVI - bromeó divertida. Estaba realmente entusiasmada con aquella idea, aunque sabia que quizás Álvaro no lo compartiría.

Intentaba que en su cabeza se olvidasen aquellas imágenes que le habían venido desde el primer momento en que había sabido la noticia, pero más allá de que los besos y la sonrisa de ella ayudaban por demás, él estaba demasiado obsesionado con ese tema y el de la confianza. Agradeció las primeras palabras de ella con una sonrisa pasándose una mano por la nuca y acomodándose en el sofá para saber que ahora le tocaba escuchar lo perfectas que eran las calificaciones de ella, algo que a su mamá siempre le había gustado, ya que había pensado que esa chica rubia y joven haría que su hijo se centrase, y nada más lejos de la realidad ¡Qué sorpresa que me digas que tendrás sobresaliente, mira que te tenía en un altar y pensaba que todo serían matrículas! rodó los ojos, para él un notable bajo era una notaza, y para ella una asignatura que le iba mal. Rió débilmente por esos pensamientos en su cabeza, aunque la cara cambió a una rara cuando escuchó el plan de ella para ese verano, pasarlo al lado de esos compañeros de secta para él que no podía aguantar, pero que respetaba por ella. Bufó inconscientemente pasándose una mano por el pelo, negando con la cabeza aunque prefiriendo no decir lo que pensaba ¿Y cuánto tiempo va a durar eso? Porque no pienso dejar que ese Dios tuyo te robe por más de una semana, ¿eh? Que se sepa de antemano, es mía esto último lo dijo mirando al cielo, como si le hablase a ese 'alguien'. Bromeó acercándose a ella de manera peligrosa y pasando los brazos por su cintura, buscando su boca para besarle

Rodó los ojos por el comentario de sus calificaciones, dando a entender que estaba cansada de que la gente pensase que vivía para estudiar y que solo sacaba matrículas, aunque no era tan equivocado. Con el tema de la JMJ, la cara de él se la esperaba, nunca habían coincidido en ese punto y nunca iban a hacerlo, al principio de su relación era algo que frenaba a Carla para seguir adelante, pero ahora ya no le importaba, no tanto...Incluso rió por aquel resoplo de él - ¡Miralo por el lado positivo! Con él no tienes por qué desconfiar - bromeó sobre ese tema, nunca lo hacía porque para ella era algo importante pero le salió. Vaciló unos segundos antes de contestar su pregunta - Y...Más o menos un mes, ¿podrás aguantar? - levantó las cejas divertida haciendose la canchera y volvió a reir al verlo hablar al cielo, dandole seguido un golpecito en el muslo - ¡No seas payaso, tonto! - aquello salió de sus labios de manera tierna, como si le hablase a un cachorrito. Le miró de manera extrañada cuando lo vio acercarse así, echando ligeramente la cabecita hacia atrás para reír antes de volverla a su sitio y colocar de vuelta los bracitos alrededor del cuello del rubio - Le voy a decir que te mande un poquito de fe, es lo único que te falta para ser perfecto... - volvió a bromear divertida antes de dejarle encontrar su boca para que llegase ese nuevo beso.

Quizás antes del temita de la no confianza era lo que más les diferenciaba, tenían opiniones con respecto a eso muy complicadas y más de una vez ella se había ofendido por los comentarios de él y de los amigos de éste, que eran casi peores que los suyos. No le causó gracia el comentario sobre la confianza, en otro momento habría sonreído e incluso contestado, pero no era el día y se lo hizo saber con un gesto serio que se transformó a los pocos segundos en uno de sorpresa ¿Un mes entero con 'esos'? Carla, te mereces un Premio Nobel de aguante se imaginó a él en esa situación y por eso largó ese comentario que no pensaba decir en voz alta, así que intentó arreglarlo con una sonrisa canchera Aunque la cosa no es si yo podré aguantar, es si tú podrías estar delante de esas monjas y esos curas sabiendo que no estás siendo todo lo buena que deberías ser lo dijo irónicamente, ella era todo lo buena y más que le pedían, demasiado para él. Tras esa broma de hablar con Dios rió por su golpe y la ternura en sus palabras y le besó, acomodándose poco a poco en el sofá muy cerca de ella que le abrazaba por el cuello y le hacía perder el equilibrio

Volvió a rodar los ojos ésta vez resoplando también por la forma de llamar a las personas con las que conviviría por dos semanas enteras y con las que compartía muchas tardes en la parroquia - Sí, el Premio Nobel de aguantar a Álvaro Giner, ese lo tengo más que asegurado... - suspiró negando con la cabeza aunque acabó por sonreir. Entreabrió la boquita más de lo normal por el comentario acusador de Álvaro sobre si estaba siendo o no lo suficientemente correcta - ¿Eso va con segundas? - le dedicó una mirada de pocos amigos pero que no duró demasiado. Cuando llegó a la casa no pensaba que aquello fuese a dar un giro tan radical, pero sí, lo habia dado y no quería que nada volviera a cambiar aquello, pararía el tiempo si pudiese. Se movió para acomodarse mejor en aquel sofá sin separarse de sus labios, entrelazando el pelo rubio de Álvaro entre sus dedos. Se separó lo justo para hablar - Podemos parar, ¿no? Digo, así `los curas y las monjas' no me podrán juzgar de no hacer las cosas bien - apartó las manitas para levantarlas mostrando las palmas mientras en su cara se dibujaba un gesto de inocencia mezclado con un toque de picardía, no quería parar aquello y no pensaba hacerlo, pero le divertía 'castigarlo' por las cosas que decía que debería de guardarse.

Sí, seguramente sea ese el premio que más te emocione de todos, no te hagas comentó canchero volviendo a robarle un pequeño beso corto y dejando el tema de sus compañeros a un lado, lo que menos quería en ese momento era discutir por una pavada porque conocía a Carla y en una pelea siempre sacaba los trapos sucios de la relación, y haberlos, los había. Alzó una ceja tras la pregunta de ella, bastante obvia Con segundas y hasta con terceras, pero si no quieres entenderlas, yo también me haré el tarado y seguiré esperando a que puedas entenderlas habló con segundas, con un tono dulce y calmado para después seguir con ese beso que parecía aumentar la temperatura, hasta que por supuesto ella, cortó; ya ni le sentaba mal, lo esperaba por unas u otras cosas Pero, ¿ahora estamos haciendo algo malo? Pues espera a que tengamos un fin de semana en condiciones, ahí vas a ver volvió a sacar su lado canchero y pícaro, también divertido antes de volver a besarle.. aunque esta vez fue él el que tuvo que cortar, no por iniciativa propia, sino por el sonido del timbre No puede ser.. murmuró antes de pararse y arreglarse el pelo y la remera, caminando hasta la puerta para descubrir a ella, a su hermana que venía con unas amigas, que saludaban a Álvaro con bastante ímpetu, sobre todo Carmen con la que para qué engañarse, algo había pasado